martes, 4 de noviembre de 2014

Momentos...





He leído un libro, bueno, he leído muchos, pero he leído un libro que me ha encantado. Tampoco es extraño, o me gustan y los devoro o no me gustan y los olvido. Pero he leído un libro que me ha encantado.

Quería leerlo tan pronto salio, pero no era el momento. Cada libro tiene su momento de lectura y, desgraciadamente, aunque me apetecía muchísimo leerlo en el mismo instante que lo pusieron a la venta... tuve que esperar a que fuera su momento.

Creo que cada cosa tiene su momento, estoy convencida de ello, si sabes escuchar, sabes cada cuando se tienen que hacer las cosas. No vale la pena querer hacerlas deprisa ni en el mismo instante en que nos apetezca, es hacer las cosas cuando toca. Lo malo de eso? No siempre se escucha bien.

Soy impulsiva, muchas veces, más de las que quisiera, las cosas se han de hacer en ese mismo instante, sea o no su momento, lo quiero para ayer y, en realidad, eso no esta bien. Eso hace que las cosas no terminen saliendo como espero.

El otro día me dí cuenta de que volvía a querer. No ha sido un flechazo, no ha sido algo rápido pero ha ido pasando sin que me diera cuenta... o al menos, sin que ya estuviera delante de mi nariz y no hubiera forma de apartarlo.

Me dí cuenta de ello mientras cenabamos, no era una cena de super enamorados, no íbamos elegantes ni teníamos una conversación transcendental, era una cena como otra cualquiera. Él estaba sentado enfrente de mi y al subir la cabeza, una de tantas veces, me dí cuenta de que le quiero. Si lo pienso eso tampoco es extraño, pero lo fue para mí, me di cuenta de que le quiero y me sorprendio. Obviamente no dije nada, seguí comiendo y pensando en lo que acababa de descubrir.